Bernabé Lucero y la planta de molle/Por Jorge Castañeda
Cuando Bernabé estaba agonizando en el Gualicho debajo de unas plantas de molle, sus hermanos lo quisieron llevar al hospital, pero les dijo que “los hombres como él deben morir debajo de los mollesâ€.
Cuando Bernabé estaba agonizando en el
Gualicho debajo de unas plantas de molle, sus hermanos lo quisieron llevar al
hospital, pero les dijo que “los hombres como él deben morir debajo de los
mollesâ€. Por supuesto que no le hicieron caso y lo llevaron al Hospital de
Valcheta donde falleció el mismo dÃa que se derrumbó la Salamanca del Gualicho.
Sus últimas palabras fueron “me voy pal Chenqueâ€.
Verdadera leyenda rionegrina Bernabé fue el poblador más emblemático del gran Bajo del Gualicho. Levantaba su real por unos dÃas donde solÃa poner las trampas para cazar zorros y fogoneando a la intemperie sacaba su guitarra y cantaba sentires de nuestra tierra.
Hombre huraño y parco poco lo gustaban los poblados, solamente venÃa para canjear sus pieles por vicios y en los viejos boliches cantaba embelesando a los parroquianos.
Dicen que entró a la cueva del Gualicho donde tuvo que pasar como por un laberinto y sortear a unos toros feroces, allà se escuchaba música y gente extraña que cantaba. Allà realizó el pacto con “mandinga†que le otorgó el don de tocar la guitarra.
Hoy el imaginario popular y el recuerdo quienes lo conocieron han tejido toda una historia que se ha reproducido, en cortometrajes, libros, artÃculos y hasta en una obra de teatro.
Aquellas misteriosas palabras que moribundo les dijo a sus hermanos milagosamente se hicieron realidad.
Muchos años después sobre su sepulturá en el cementerio de Valcheta creció una planta de molle que nadie plantó. Bajo ella descansan los restos del viejo salamanquero.
Aquà yace Bernabé Lucero
Hombre del bajo Gualicho
Tan solo el sagrado molle
Sirve de manta y cobijo.
Los hombres que son del monte
Siempre buscan su abrigo
Solo un gaucho de coraje
Allà se queda tendido.
El tiempo nada se olvida
A pesar de ser esquivo
Lucero es una leyenda
Tanto muerto como vivo.
Y si toca la guitarra
En la noche algún rasguido
Será tal vez don Lucero
Que no se queda dormido.
La salamanca y los molles
Fueron brújula y destino
Para aquel bravo paisano
Señor del Bajo Gualicho.
Seguro viniste molle
Como vienen los amigos
A quedarte con Lucero
Como él lo hubiera querido.
*La foto que acompaña esta nota corresponde a Luis Alberto Alán, Director de la FM UNICA - Valcheta

Comentarios
¡Sin comentarios aún!
Se el primero en comentar este artículo.
Deja tu comentario